Durante más de 3,000 años, los pingüinos han gobernado el reino helado de Iluliaq. Pero un día, el rey de los pingüinos desapareció. Las focas, los osos polares y otros pájaros incapaces de volar encontraron una antigua leyenda inscrita en el hielo: «Aquel que venza al Iceberg será coronado nuevo rey».
Antes de empezar una partida de Iluliaq (que significa «Iceberg» en inuit), el iceberg debe ser construido. Una estructura central compuesta de cartas y la caja del juego, donde los jugadores lanzan sus cartas esperando que aterricen en el iceberg.
Cuando una carta aterriza en el iceberg, el jugador que la lanzó termina su turno sin más acciones. Pero si la carta cae en el agua (todo lo que no es la cima del iceberg se considera agua) o empuja otra carta al agua, ese jugador debe recoger todas las cartas caídas y colocarlas en su propia mano.
Algunas cartas contienen poderes especiales que se activan cuando aterrizan en el iceberg. Por ejemplo, una vez que el oso ha aterrizado en el iceberg, tiene la opción de comerse la primera carta que aterrice justo encima de él. Esta acción obliga al jugador que lanzó la carta, la que aterrizó sobre el oso, a sacar una nueva carta del mazo central a su propia mano. Otro animal con un poder especial es la foca, que tiene la capacidad de permanecer en el agua cuando cae del iceberg en lugar de volver a la mano del jugador. ¡El primer jugador que se quede sin cartas en la mano gana el juego!